lunes, 10 de enero de 2011

El efecto terapéutico de la Vida

La Vida es perfecta, sabia, omnisciente, poderosa.  La Energía Vital Universal es como un flujo imparable que penetra en cada célula, en cada molécula, en cada átomo.  Los seres humanos somos parte de ese flujo de Vida y al revés, ese flujo vital es nuestra parte más íntima. 

Con esto quiero decir que todo lo que aliente la Vida en nosotros nos aporta ese flujo vital y estimula la Vida en nosotros:  el amor y todo lo que lo exprese, los besos, los abrazos, las caricias,... la alegría de vivir, la risa, la creación, el arte,...  Todo aquello que fomente lo bueno que hay en nosotros nos sana. 

La salud y la forma de reestablecerla forman parte de nosotros mismos:  Amar nos sana;  reir nos sana;  bailar nos sana; oir música nos sana;  abrazar a alguien con cariño, nos sana;  tocarnos, besar, comer, respirar profundamente, movernos, expresarnos artísticamente, disfrutar de la belleza, meditar...  Vivir intensamente nos sana. 

Las personas no somos únicamente un cuerpo físico, tenemos un cuerpo emocional, un cuerpo mental y un cuerpo espiritual.  Cuando nuestros cuerpos están en armonía estamos sanos.  Cuando alguno de estos cuerpos se desequilibra, enfermamos.  Nuestros cuerpos no son independientes entre sí, sino que dependen unos de otros, están absolútamente interconectados:  si dañamos uno, dañamos al resto, si sanamos uno, ayudamos al que el resto se sane.

Nos han educado para saber qué nos sienta bien físicamente y qué nos sienta mal:  la comida, la respiración, la higiene, el sueño, el deporte, los buenos y los malos hábitos.  Nadie duda hoy día de que las emociones tienen efectos físiológicos, del poder de la sugestión y de la realidad de las enfermedades psicosomáticas, tanto para bien como para mal.  Es un hecho que la realidad física de lo que comemos, bebemos, respiramos, oímos, tocamos,... también afecta a nuestra forma de sentir y de sentirnos.  Y qué decir de los efectos que en nuestro físico y en nuestra forma de pensar producen el estrés, la ansiedad, la tristeza, la depresión.  Y si hay algo que dirige toda esta orquesta es nuestra mente:  "Lo que piensas se manifiesta" (Hermes Trimegisto) y nadie duda de lo que es capaz el poder mental y la voluntad.

El gran olvidado y no por ello menos importante, es nuestro cuerpo espiritual.  Quizá porque es el más sutil de nuestros cuerpos, el que los penetra a todos y el que da sentido a la Vida misma.  La persona que entiende que es algo más que un cuerpo físico, que unas emociones, que una mente pensante, realmente SABE qué es una persona y qué es la Vida.  Porque es nuestro espíritu el que da sentido a todo lo demás, el que da sentido a la Vida:

Somos VIDA en acción, energía en movimiento, que ni se crea ni se destruye, sólo se transforma y ese es el "KI" de la cuestión.

¡Que sean inmensamente felices!

1 comentario:

  1. Que sabias palabras sobre la vida; y como se le alegra a uno saber que una actitud positiva es todo lo que uno necesita para ser feliz.

    Excelente trabajo.

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